20.4.08

Voxan Charade: recordar viviendo






Esta máquina es un homenaje a aquella época en la que las motos estaban labradas con materiales nobles: acero, hierro y aluminio. Un guiño a las supersport de hace tres décadas que, por culpa de la tecnología de plástico japonés, se han visto relegadas a los garajes de nostálgicos y coleccionistas. Pero tranquis, con la Charade Racing todavía hay esperanza...

El 27 de diciembre de 1995 nació Voxan de la mano de Jacques Gardette, una marca francesa puesta en marcha con la intención de reverdecer laureles y hacerse un hueco en el competido panorama motociclista. En 1997 se presentaron los primeros prototipos y en 2003 comenzó la producción capitaneada por Didier Cazeaux. Desde 2005 están es España. La Charade Racing (toma el nombre de un circuito francés) es la más deportiva y brilla con luz propia, posicionándose como el buque insignia de la gama.

Lo primero que adviertes cuando te sientas sobre ella es su radical postura de conducción, al estilo de los ’70 y principios de los ’80. Aquí vas encima de la moto y no como ahora, que se conduce dentro de ella. Me recueda mucho a la Pantah 600 SL que guardo en la sierra. Los brazos totalmente estirados y los pies arriba y retrasados, así que, olvídate de hacer largos viajes. Una vez arrancada, el metálico y seco petardeo a ralentí, fruto de los escapes austriacos Remus que monta de serie, hace que vivas un flash-back hacia tiempos pasados de moda. El radio de giro es muy corto por lo que no es muy amiga de estrecheces. Delante de ti, un sinfín de piezas delicatessen que no puedes dejar de mirar por más que lo intentes. El aluminio anodizado en rojo está presente en las manetas Beringer, las palometas de regulación de la horquilla, los tapones de los depósitos del líquido de freno y embrague... las pinzas de freno, el centro de los discos... un bello barroquismo compensado con la sutileza de su maciza tija pulida de 3 cm de ancho. Me despierto del letargo con las pitadas de los coches que hay detrás de mí y el semáforo en verde, lo justo para engranar primera y salir como una exhalación al ritmo que impone mi puño derecho sobre un cuentavueltas analógico con fondo blanco.

Gozando con ella por carretera se nota bastante ligera, aunque no lo suficientemente ágil como para hacer cambios de dirección rápidos. El calor que asciende por tus ingles comienza a ser incómodo a medida que el motor sube de temperatura y debes tener cuidado para no quemarte con los escapes cuando paras. El accionamiento del cambio es algo duro e impreciso por lo que si recurres a un golpe de gas cada vez que bajas marchas, mejor que mejor. La vieja escuela manda. La Voxan necesita que la entiendan si quieres rodar rápido con ella. Su curva de potencia es muy plana, dando lo mejor de sí por debajo de las 8.000 rpm. Todo es muy lineal y aprovechable, invitando a que la conduzcas con los medios, como las bicilíndricas “de verdad”.

Y qué decir de la orfebrería que puebla la totalidad de la moto... amortiguador trasero BOS Engineering SB1, tija aligerada, horquilla invertida Paioli, equipo de frenos Beringer con pinzas de anclaje radial y discos flotantes de aeronal, bomba trasera Brembo, doble salida de escape Remus, llantas Marchesini forjadas, estriberas de competición retrasadas RME, embrague hidráulico Grimeca, depósito de gasolina de aluminio, cúpula ahumada... ¿Alguien da más?

15.4.08

Vinito Ducati




De todos es sabido que la marca italiana cuida muy bien todo lo que hay detrás de sus motos, es decir... el marketing. Gracias a esto, cuenta con multitud de artículos de muy distinta índole para contentar a los seguidores “rojos” de todo el planeta: cazadoras, monos, camisetas, cascos, peluches, lápices, pañuelos, bañadores, llaveros, etc. También es normal establecer acuerdos con otros fabricantes de prestigio para producir productos más específicos como colonias (Ermenegildo Zegna), gafas (Oakley), zapatillas (Puma) o relojes (Breil). De hecho, creo que después de Harley, no hay ninguna marca de motos con un catálogo de Apparel & Accesories tan extenso.

La última ocurrencia de los italianos es adentrarse en el mundo de la enología, sacando al mercado el vino “DesmoRosso 2006”, un digno representante de los colores de Ducati en todo el mundo. Ha sido presentado en la 42ª Feria del Vino de Verona y se trata de un tinto elaborado en las bodegas Le Pignole, en Brendola, con uvas de la mejor selección: Cabernet Sauvignon, Merlot y Carmenere. El Desmorosso se distribuirá exclusivamente a través de Internet, en la dirección www.desmorosso.com. Cada botella cuesta 30 €, 168 sin se opta por la caja de seis.

10.4.08

Scott Parker y la XR 750 de dirt track








Aprovechando la presentación de la nueva Harley-Davidson XR 1200 en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, la marca americana invitó al evento al expiloto de dirt-track (o flat-track si se prefiere) Scott Parker, quien también ha participado en el desarrollo de este modelo. No en vano, la estética que envuelve a la XR 1200 bebe de la XR 750 de carreras, una máquina que ha ganado 28 de los 36 últimos campeonatos AMA (American Motorcyclist Association). El equipo de carreras de Harley-Davidson, conocido como Wrecking Crew" es, desde 1914, el protagonista de esta emocionante disciplina.

Este piloto de Michigan de 47 años ostenta el record de títulos en lo que a competiciones de dirt-track se refiere: 9 campeonatos AMA y 94 victorias. Ya retirado y con más de 500 carreras a sus espaldas, fue el gran dominador de los circuitos ovales de tierra durante la década de los ’90, ganando todos sus títulos entre 1988 y 1998 siempre con Harley-Davidson. Con 15 años ya ganó su primer campeonato amateur en 250 cc. Además, ha vencido en todas las categorías de flat-track (media milla, milla, TT y Short Track), una especialidad que comenzó de manera oficial en 1954 con la creación del Campeonato Grand National .

La máquina con la que Scott Parker ha conseguido tan laureado palmarés posee unas siglas míticas: XR 750. Surgió de repente en el briefing de la XR 1200, y no pude permanecer indiferente. Esnifar el maravilloso olor a aceite de ricino recién calentado a la par que te deleitas con el atronador sonido de la pareja de escapes Supertrapp “racing use only” me trae recuerdos de otra época... El origen de esta bestia de 100 CV y 136 kg, capaz de alcanzar los 210 km/h al apurar sus 4 velocidades, se remonta a 1972. La compresión del motor con doble carburador Mikuni es tan alta que no se puede arrancar a empujón (por supuesto, carece de botón de arranque), sino que el mecánico acopla un arrancador en el lado izquierdo del motor para mover el cigüeñal y ponerlo en marcha. A la derecha están las dos palancas, la del freno trasero y la del cambio, porque debido a las tumbadas que siempre son a izquierdas no podrían jugar con las marchas. Actualmente, este modelo todavía se sigue fabricando para aquellos que quieran correr, pagando hasta 20.000 euros por una pata negra. En algunas pistas míticas como la de Springfield, los 18 pilotos que toman parte en la carrera pueden llegar a pasar por curva a más de 160 km/h... pero ¡cruzados y sin freno delantero! La aerodinámica también influye, llegando a ganar varios km/h al acoplarse sobre el depósito agarrando al mismo tiempo la horquilla con la mano izquierda.

Puro espectáculo yankee...