Domingo 29 de agosto de 1976: Giacomo Agostini logra la última victoria de una MV Agusta en competición... 37 años, 3 meses y 3 días después el italiano Roby Rolfo sube al tercer peldaño de Donington con una MV F3 675 de Supersport. Realmente, ¿estamos hablando de los mismo?
El ex piloto de MotoGP y subcampeón del mundo de 250 (2003) Roberto Rolfo ya ha firmado en el libro de visitas del fabricante europeo de motos más laureado de la historia. A tenor de lo visto en este inicio de temporada del Mundial de Supersport, la victoria está difícil, pero el tercer puesto de Donington Park para una marca tan legendaria como MV Agusta siempre es motivo de satisfacción.
Ha habido que desempolvar los incunables de los GG.PP para encontrar el último “1” de MV en el mundial. Fue en el antiguo trazado de Nürburgring, el de verdad de 22.8 km, donde Giacomo Agostini metió un rabo de 52 segundos al que sería campeón en 1981, Marco Lucchinelli. Después de aquel GP de Alemania Occidental, el mágico alarido de MV desapareció para siempre.
La ¿repercusión? del podio de Donington lleva a pensar que en los últimos 37 años MV Agusta ha permanecido en el anonimato, pero nadie recuerda que el austriaco Christian Zaiser logró 1 puntito con una MV F4 312 RR del equipo LBR en el Mundial SBK 2007 gracias al 15º puesto en la primera manga de Misano… a una vuelta de Bayliss, claro. ¿Volverán a las Superbikes en un futuro? Tampoco hay que olvidar las tres temporadas de la marca italiana en la Copa del Mundo de Superstock 1000, con Luca Scassa finalizando tercero en la general de 2006.
En aquella temporada de 1976, la única MV en pista lucía un inédito color blanquirrojo en lugar del habitual platirrojo, fruto del patrocinio de Marlboro. Aunque esté feo decirlo, Agostini ganó de casualidad porque el ritmo de las 2 tiempos japonesas era apabullante y sólo la fortuna, en forma de lluvia y viento, posibilitó que la ya veterana 4 tiempos dominase a placer debido a la suavidad en la entrega de potencia respecto a sus competidoras (de los problemas del dichoso encendido Mercury de fueraborda, mejor ni hablar). Por si esto fuera poco, Ago eligió la MV en última instancia, ya que durante aquel año disputó la mayoría de las carreras del mundial con una Suzuki RG500, la moto de moda, decantándose por su marca de siempre poco antes de darse la salida. El canto del cisne, sí.
Por otro lado, la moto de Rolfo equipa un motor tricilíndrico de 12 válvulas y no un “tetra” como las 350/500 de Ago de la última temporada. Siendo tiquismiquis, habría que entroncar este “éxito Rolfista” con el último podio de una MV Agusta triple, remontándonos entonces a 1972… Además, el podio se ha producido en el Mundial de Supersport, y no en MotoGP, que es donde realmente hubiera dado la campanada por ser la competición más prestigiosa de la velocidad.
Sea como fuere, MV Agusta ha confiado en el saber hacer del Team ParkinGO para debutar en su tercera época de competición y la verdad es que los resultados no se han hecho esperar. La experiencia del team con la Yamaha campeona de 2011 en manos de Chaz Davies y las Triumph Daytona 675R tricilíndricas (2008-2010) se ha hecho notar.
Por otro lado, los 98 CV a 15.000 rpm de la última MV 500 de GP quedan lejos de los 130 CV de la F3, al igual que las suspensiones Öhlins, las pinzas Brembo y las llantas Marchesini que nada tienen que ver con el conjunto Marzocchi/Ceriani, Lockheed y Morris de aquélla. Pero también hay otros puntos comunes…
Al igual que la 500, la F3 está englobada en un equipo privado con apoyo de fábrica, las dos generaciones de propietarios han mantenido una empresa eminentemente familiar (Corrado Agusta encabezó MV Agusta desde la muerte de su hermano mayor en 1971, mientras que Giovanni heredó el imperio de su padre Claudio Castiglioni un trágico 17 de agosto de 2011) y siguen confiando en un motor de tres cilindros, emblema de la casa de Cascina Costa en sus mejores años. En 1976 Agostini tuvo que lidiar ante una horda de Yamahas y Suzukis, igual que ahora Rolfo frente a Kawasaki y Honda.
Espero que la nueva escuadra capitaneada por Giuliano Rovelli defienda el pabellón europeo en Supersport tan bien como lo hizo Ducati a mediados de los ’90 con Paolo Casoli como punta de lanza. Está claro que en pleno siglo XXI, su equipo técnico ya no necesita de artesanos de la vieja escuela como los “seis magníficos” del maestro Arturo Magni y, desde luego, volver a disfrutar del logotipo de MV en los circuitos actuales sigue siendo todo un honor.