30.4.06

Antes que a Pedro J.


El miércoles 26 de abril sobre las 21.30 horas y junto a unas treinta personas más, subí a un autobús en la sede central de El Mundo (calle Pradillo 42) que me conduciría directamente a la rotativa Fabripress (propiedad de la empresa Unedisa y donde se imprime la tirada nacional del periódico), emplazada en la Avenida de la Constitución de Torrejón de Ardoz (Madrid). La visita estaba programada al término de un curso formativo de dos días sobre periodismo que recibí en las aulas de la sede del periódico. La verdad es que no sabía exactamente que era lo que me iba a encontrar, pero desde luego, me resultó muy ilustrativa e interesante.

A partir de las 22.00 comenzó el recorrido. Los inmensos talleres de impresión, enormes máquinas funcionando a gran velocidad y ordenadores por todas partes se convirtieron en una constante durante aquella noche.
Hay tres edificios “interconectados” que conforman la rotativa, capaz de imprimir 60.000 periódicos en una hora. Espectacular también, fue comprobar el tamaño de los rollos de papel. A pesar de la alta informatización del sistema, las máquinas no lo son todo. Los operarios siempre deben permanecer atentos e intervenir si fuera necesario en posibles enganches y roturas del papel, comprobación de que los colores se adecúan al pantone requerido o dar la última orden de “ok” para la impresión definitiva del periódico.

La primera edición salió a las 00:30 sobre nuestras cabezas. Cuatro carriles con pinzas amarillas pueblan el techo del edificio, y se ponen en funcionamiento al unísono para transportar el periódico de la cinta al embalaje. El ruido ambiente que se creó, te hacía gritar algo más de lo normal, creyendo por momentos que te encontrabas en el estómago de algún monstruo mecánico que acaba de despertar. La sensación del olor a tinta recién grabada junto al tacto de un papel no reciclado cortado al milímetro fue nueva para mí ... algo inquietante, incluso.

Ser uno de los primeros privilegiados en todo el mundo que tuvo el periódico número 5.977 de aquel jueves 27 de abril me produjo cierta emoción ... y aunque sólo fuese por un día, a mí me llegó antes que a Pedro J ...

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