12.5.09

Autodromo Nazionale Monza (2ª parte)
















(> continuación) Por encima de todo, de las carreras, del circuito “moderno” de 5.793 m, de la presentación de la S 1000 RR y demás, está el SABOR… del pasado. Algunos pensarán que esto es cutre, pero yo no hago ascos al diseño engranájico del logotipo del circuito, a las antiguas casetas de boxes, a la gasolinera Agip (no podía ser otra petrolera) clásica restaurada, los jardincillos tallados, el suelo de baldosines o la escultura de Fangio con su Mercedes W196.
Pero todavía faltaba lo mejor. No podía irme de Monza sin pisar el otro circuito, inmortalizado en magníficas películas como Grand Prix (1966). Ése mismo que yace abandonado y olvidado, escondido tras el trazado actual. ¡Hablo del mítico óvalo peraltado de Monza! Primero, probamos a colarnos por las vallas (hay muchas rotas) en la curva norte, pero un policía me lo impidió. Después de comer, lo volví a intentar en la curva sur y, esta vez, SÍ QUE SÍ.

La pista de 4,5 km del arquitecto Alfredo Roselli fue inaugurada el 3 de septiembre de 1922 (tras 4 meses de obras en las que participaron 3.500 operarios) como parte de un circuito largo, de 10 km de longitud (la distancia se iría acortando con el paso de los años). Cinco días después ya se celebró allí el GP de las Naciones.
En 1931 Taruffi alcanzó los 170 km/h sobre una Norton. Por motivos políticos, las motos no corrieron allí entre 1932 y 1934 (este año, mediante real decreto, Victor Manuel III donó la villa a los municipios de Monza y de Milán). En 1938 recibió mejoras y fue acortado a 6.3 km, manteniéndolo sin cambios hasta 1954.
En 1955 se transformó completamente, para asemejarlo a la pista que conocemos hoy día. Circuito peraltado de 4,2 km y una de las rectas formando parte de otro nuevo de 5,7 km (fue utilizado 17 veces hasta el ‘72). El 80% de inclinación en la parte alta del anillo de velocidad estaba diseñado para soportar hasta 285 km/h. La base fue reforzada con hormigón armado.

Los accidentes constantes (sobre todo en F1), con muertes de pilotos y público, fueron minando la espectacularidad del trazado, construyéndose chicanes y protecciones por doquier. 1973 fue la gota que colmó el vaso, con la muerte de 5 pilotos de motos en dos carreras. El GP de las Naciones se cobró la vida de los grandes Jarno Saarinen y Renzo Pasolini en 250 cc (“La Tragedia de Monza”). Pasolini había rodado a 200 km/h de media… antes de que su Harley gripase. El récord absoluto de esa pista lo logró Agostini en 1971: 204,545 km/h. Hasta 1981 no volvería el Mundial de Velocidad al Autódromo... En lo referente al Mundial de SBK, el GP de Monza se ha celebrado en 18 ocasiones: 1990, 1992, 1993, 1995-2009.

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