Una vez más, no pudo ser. Norton, que
intenta resurgir de las cenizas del vilipendiado “Imperio Británico”, se ha
vuelto a dar de bruces con la fatalidad en lo que al Tourist Trophy se refiere:
segundo intento fallido de volver a correr con una marca creada por James
Lansdowne Norton en 1898. En 1907, Rem Fowler ganó la primera carrera de la
historia del TT con una Peugeot impulsada por un motor Norton bicilíndrico... Aunque
la Commando 961 de calle actual sea una pasada, las carreras siempre han sido
“marca de la casa”… habrá que esperar.
Por primera vez en la historia de la
carrera urbana más acojonante del planeta, se suspendió la categoría más
importante (el Senior se disputa desde 1911) por las lluvias torrenciales que
cayeron el viernes 8 de junio. De este modo, otro palo para una nueva Norton SG1 V4
que, aún sin ser tan británica como las de antaño, todavía hubiera hecho
suspirar a algún autóctono nostálgico.
La firma de Leicestershire
(el cuartel general se ubica en el Circuito de Donington Park) había presentado
a trompicones una moto en la que se iba a subir Ian Mackman (a la postre 16º de
39 en la categoría Superbike con una Kawasaki), con la que habían completado
unos tristes entrenos en el puesto 88 de 113…
La Norton de
este año cubicaba 1.000 cc, gracias a un motor “donante” de Aprilia RSV4 con
194 CV. Sí, una especie de CRT para correr en “La Isla”.
El nombre de
Norton está ligado a la historia del TT de la Isla de Man, aunque su última victoria fue en 1992 con Steve Hislop, un buen número de pilotos ganaron en la Isla
con la marca, como Stanley Woods, Geoff Duke, Alec Bennett, Jimmy Guthrie,
Freddie Frith, Harold Daniell, Artie Bell, Reg Armstrong y Ray Ammla… la mítica Norton Manx dominaba a placer. En 1994 Norton logró su último título importante en
circuitos convencionales: fue en el campeonato Supercup británico con Ian
Simpson a los mandos.
Bajo el
control de Stuart Garner, la marca inglesa ya hizo una intentona en el TT de
2009 con Michael Dunlop a los mandos. La falta de competitividad de aquella
NRV 588 de motor Wankel rotativo (una evolución del que ganó en 1992) no le hizo
desistir y, para la edición de este año, querían repetir.
Los técnicos
de la “Nortaprilia” retocaron el sistema de alimentación, suprimiendo el
acelerador electrónico y el sistema de freno motor instalado por los italianos.
Un chasis
artesanal doble viga de aluminio firmado por el viejo conocido Spondon se encargaba de la rigidez del conjunto. Por supuesto, multirregulable, pudiendo variar
la posición del motor, la altura del basculante y la dirección.
La rueda
trasera contaba con sistema de desmontaje rápido y llantas BST de
fibra de carbono para minimizar el efecto giroscópico y la masa no suspendida. Los neumáticos, como no podían ser menos, Dunlop. Para optimizar la autonomía (6 vueltas y 2 repostajes),
Norton fabricó un depósito de 24 litros.
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