(> continuación) Con 94 victorias, Norton es la tercera marca más laureada del TT, ocupando el mismo lugar en lo que a número de podios se refiere. Por eso, a veces, merece la pena quedarse quitando el polvo de los 16 ejemplares "rotativos" del Museo Nacional de la Moto Británica, que “manchar” la marca con engendros que no llegan ni de lejos a ser lo que fueron…
En 2008, bajo el mandato de Stuart Garner, la firma volvió a ser 100% inglesa tras 15 años en manos americanas. Con Brian Crighton como responsable técnico, pretendían demostrar que un motor rotativo guardado desde 1994 todavía podía fundir a las japonesas. Nada más lejos de la realidad. A pesar de contar con el piloto Michael Dunlop, no pudieron hacer nada por falta de competitividad. El sobrino del gran “Joey” quería emular a su padre, quien corrió con las Norton “güenas” de principios de los ’90… demasiado bonito para que fuera verdad.
La Norton NRW 588 tenía el tamaño de una 250 de Gran Premio: 131 kg sin gasofa, 165 CV a 11.450 rpm, acelerador electrónico, mapas opcionales, control de tracción, admisión con toberas de longitud variable, telemetría 2D, caja de cambio de Yamaha OW01, amortiguador trasero lateral Öhlins sin bieletas, llantas Dymag de fibra de carbono, pinzas de freno AP monobloque de 4 pistones, embrague antibloqueo de procedencia Kawasaki…
Al igual que cualquier moto con mecánica rotativa, la NRW se conducía como una dos tiempos, pero con la contundencia de una moto eléctrica. Este tipo de motores sólo tienen tres partes en movimiento, las cuales rotan como el tambor de una lavadora, en lugar de subir/bajar como en un motor convencional. En cada giro se producen las 4 fases de la combustión y nunca para de moverse.
Los grandes inconvenientes pasan porque contamina más, consume mucho y se calienta de cojones. Los rotativos tiene muchos vicios, muchas inercias y hay que tener un buen chasis si no quieres salir disparado “hacia afuera” saliendo de las curvas. Por el contrario, es pequeño, ligero, sencillo y muy rápido. Este “artilugio” debe su nombre al ingeniero alemán Felix Wankel, quien inventó el motor rotativo allá por 1924 (no fue fabricado hasta 1957).
La cilindrada de estos motores siempre ha sido objeto de controversia. Según la Federación Motociclista Británica, la cilindrada real de un Wankel es el doble del volumen barrido por sus cámaras (en el caso de la Norton 588 x 2 = 1176). En las cuatro ruedas, Mazda lleva trabajando con ellos 50 años y según la FIA, es equivalente a 1,4 veces el volumen barrido (823 cc más realistas)... (+)
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