“Abandonar no entraba en mis planes”… Así de tajante se mostraba Paco al cruzar la meta de la carrera más dura del mundo. Junto a su inseparable Kawasaki, Paco terminó el Dakar al primer intento y casi sin presupuesto… ¿Ya te imaginas por qué le apodaron "el humilde", verdad?
Parece que El Dakar nos tiene acostumbrados a las gestas de Marc Coma, Jordi Viladoms o Gerard Farrés, pero lo cierto es que el verdadero espíritu de esta carrera está por debajo del top ten. El español Paco Martínez Gil, de 35 años y natural de Las Parras de Castellote (Teruel), es el máximo ejemplo de ello.
Terminar en el puesto 78º de 97 pilotos puede parecer un mal resultado, pero teniendo en cuenta que participaron 188 motoristas, que ha sido su primer Dakar, que no tenía asistencia, que no es un piloto profesional y que él mismo tuvo que prepararse la moto, sabe casi como una victoria:
“Los equipos oficiales están en otra liga. Cuando terminan la etapa los mecánicos les rehacen toda la moto mientras ellos se duchan y duermen en el motorhome. Yo tenía que arreglar mi moto cada día tras etapas que van de las 5 de la mañana a las 7 de la tarde. No me cambié de ropa en toda la carrera y sólo me duché en la jornada de descanso. Apenas dormía 3 horas y muchas veces lo hacía encima de un colchón para no perder tiempo en montar la tienda de campaña. Mantener mi moto era la prioridad absoluta. Así entiendo yo esta carrera”.
ENTRENAMIENTO
El entrenamiento de cara a esta carrera no se ha descuidado ni lo más mínimo. Para ello Paco participó en tres ediciones de la Baja España Aragón, la Baja Portugal (mejor piloto extranjero) y el Raid Fuentes de Ebro. Además, se construyó un circuito en una mina abandonada, recreando las mismas condiciones con las que se iba a enfrentar. El tiempo que requería trasladarse a una zona específica era demasiado y no se podía permitir el lujo de no trabajar.
Para su primer Dakar, Paco llegó con las ganas de acabar sea como sea. Un sueño desde que tenía 10 años y su amistad con el piloto José Manuel Pellicer hicieron que se embarcara en esta aventura:
“Sin dinero tienes problemas todos los días y no le aconsejo a nadie que vaya por su cuenta. Yo soy autónomo y tengo mi pequeña empresa de construcción. Mi presupuesto estaba limitado y fue fruto de muchos años de ahorro. El coste de mi Dakar ha sido de 70.000 € (15.000 de inscripción), incluyendo la furgoneta con la que mi amigo Sergio me ha acompañado en toda la carrera con los recambios de la moto. No es solamente lo que cuesta sino el dinero que dejas de ganar”... (+)
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