(> continuación) Son los megascooter deportivos más rápidos, potentes, sofisticados y caros del mercado. Sus mecánicas bicilíndricas no tienen rival y hacen las delicias de todos los aficionados. Italia contra Japón, dos maneras de entender la moto. ¿Con cuál te quedas?
Apostar por cualquiera de los dos es una decisión acertada. Cada uno de ellos tiene suficientes argumentos de peso como para dar la razón a su comprador. A finales de 2007, Gilera hizo temblar los cimientos del segmento con el lanzamiento de su GP800, el scooter más potente y de mayor cilindrada existente desde entonces. El T-Max es todo un clásico y ya lleva una década entre nosotros. Es el “mega” más vendido de nuestro país y la generación actual data de 2008. La italiana cuesta 9.154 € mientras que la japonesa asciende a 9.759 € (10.469 € con ABS). Para celebrar los 10 años del T-Max también hay una versión Especial White Max con retoques estéticos diferentes (10.159 € y 10.869 € con ABS).
SCOOTER CON SABOR A MOTO
El concepto de ambos modelos es el de asemejar su comportamiento lo máximo posible al de una moto. Para ello, emplean elementos como basculante trasero convencional, motor bicilíndrico de inyección electrónica en posición central, horquilla con doble tija, etc. La Gilera cuenta con transmisión por cadena y llanta de 16” delante para ganar estabilidad, mientras que la Yamaha sigue llevando correa y llanta de 15” en ambos trenes (las medidas de los neumáticos se comparten -120/70 y 160/60-). A los mandos, te creerás que llevas una sport-turismo, con una posición del cuerpo más elevada en la Gilera.
La frenada de ambas es perfecta, con unas pinzas monobloque de R6 y doble disco de 267 mm para la Yamaha y unas Brembo con dos discos flotantes de 300 mm para la Gilera. Las suspensiones se muestran firmes en las dos, con botellas de 41 mm de diámetro y monoamortiguador trasero.
¿CHASIS O MOTOR? EL ETERNO DILEMA
Si bien las dos motos usan un CHASIS de alta rigidez que poco tiene que ver con los scooter Touring (Suzuki Burgman, Honda SW-T, etc), Yamaha y su estructura de aluminio está un paso por delante del doble cuna de acero de la italiana. Su agilidad es la principal cualidad, los cambios de dirección son rapidísimos y el aplomo sobresaliente. No nos olvidemos que estamos hablando de 221 kg en orden de marcha, por… 245 kg de la italiana en seco. Se ha conseguido un centro de gravedad muy bajo y moverte con ella es una delicia. La Gilera tiene muchas inercias y tiende a flanear en frenadas si te pones bruto.
Si nos centramos en la MECÁNICA, la Gilera barre a su contrincante gracias a su motor bicilíndrico en V a 90º heredado de la Aprilia Mana 850. Con 75 CV a 7.750 rpm la aceleración es tan bruta que te creerás que vas sobre un dragster. Ver la aguja del marcador en 210 km/h, hacer el 0-100 km/h en 5,6 segundos y mantener altos cruceros en carretera abierta es pan comido. Los 43 CV a 7.500 rpm del bicilíndrico en línea de la T-Max se antojan algo escasos para enfrentarse a su rival, tanto en par como en potencia. Además, la italiana consume menos y tiene más capacidad de depósito (los 18.5 l. se traducen en unos 300 km de autonomía) mientras que con los 15 l. de la japonesa no superarás los 240 km.
PRACTICIDAD SCOOTERIANA
La deportividad de la GP800 se nota en aspectos como la cúpula pequeña, que tapa poco pero cuenta con regulación eléctrica gracias al pulsador de la piña derecha. Las dimensiones de los motores bicilíndricos condicionan el hueco que hay debajo del asiento, siendo menor el de la GP800 por la ubicación del cilindro trasero. La italiana no ofrece posibilidad de ABS. Las dos cuentan con freno de estacionamiento, toda la información que necesitas en su completa instrumentación y zona de apoyo lumbar para el conductor. Además, el T-Max cuenta con dos guanteras en el contraescudo.
El scooter deportivo ideal pasaría por montar el motor de la GP800 en el T-Max, añadirle más litros de depósito y ampliar la capacidad de carga. Quizá, un T-Max de 750 cc también resolvería mucho... Yo no pagaré tanto por un scooter por muy bueno que sea, sobre todo, teniendo en cuenta las motazos del mismo precio que pueblan nuestro mercado, pero...
Apostar por cualquiera de los dos es una decisión acertada. Cada uno de ellos tiene suficientes argumentos de peso como para dar la razón a su comprador. A finales de 2007, Gilera hizo temblar los cimientos del segmento con el lanzamiento de su GP800, el scooter más potente y de mayor cilindrada existente desde entonces. El T-Max es todo un clásico y ya lleva una década entre nosotros. Es el “mega” más vendido de nuestro país y la generación actual data de 2008. La italiana cuesta 9.154 € mientras que la japonesa asciende a 9.759 € (10.469 € con ABS). Para celebrar los 10 años del T-Max también hay una versión Especial White Max con retoques estéticos diferentes (10.159 € y 10.869 € con ABS).
SCOOTER CON SABOR A MOTO
El concepto de ambos modelos es el de asemejar su comportamiento lo máximo posible al de una moto. Para ello, emplean elementos como basculante trasero convencional, motor bicilíndrico de inyección electrónica en posición central, horquilla con doble tija, etc. La Gilera cuenta con transmisión por cadena y llanta de 16” delante para ganar estabilidad, mientras que la Yamaha sigue llevando correa y llanta de 15” en ambos trenes (las medidas de los neumáticos se comparten -120/70 y 160/60-). A los mandos, te creerás que llevas una sport-turismo, con una posición del cuerpo más elevada en la Gilera.
La frenada de ambas es perfecta, con unas pinzas monobloque de R6 y doble disco de 267 mm para la Yamaha y unas Brembo con dos discos flotantes de 300 mm para la Gilera. Las suspensiones se muestran firmes en las dos, con botellas de 41 mm de diámetro y monoamortiguador trasero.
¿CHASIS O MOTOR? EL ETERNO DILEMA
Si bien las dos motos usan un CHASIS de alta rigidez que poco tiene que ver con los scooter Touring (Suzuki Burgman, Honda SW-T, etc), Yamaha y su estructura de aluminio está un paso por delante del doble cuna de acero de la italiana. Su agilidad es la principal cualidad, los cambios de dirección son rapidísimos y el aplomo sobresaliente. No nos olvidemos que estamos hablando de 221 kg en orden de marcha, por… 245 kg de la italiana en seco. Se ha conseguido un centro de gravedad muy bajo y moverte con ella es una delicia. La Gilera tiene muchas inercias y tiende a flanear en frenadas si te pones bruto.
Si nos centramos en la MECÁNICA, la Gilera barre a su contrincante gracias a su motor bicilíndrico en V a 90º heredado de la Aprilia Mana 850. Con 75 CV a 7.750 rpm la aceleración es tan bruta que te creerás que vas sobre un dragster. Ver la aguja del marcador en 210 km/h, hacer el 0-100 km/h en 5,6 segundos y mantener altos cruceros en carretera abierta es pan comido. Los 43 CV a 7.500 rpm del bicilíndrico en línea de la T-Max se antojan algo escasos para enfrentarse a su rival, tanto en par como en potencia. Además, la italiana consume menos y tiene más capacidad de depósito (los 18.5 l. se traducen en unos 300 km de autonomía) mientras que con los 15 l. de la japonesa no superarás los 240 km.
PRACTICIDAD SCOOTERIANA
La deportividad de la GP800 se nota en aspectos como la cúpula pequeña, que tapa poco pero cuenta con regulación eléctrica gracias al pulsador de la piña derecha. Las dimensiones de los motores bicilíndricos condicionan el hueco que hay debajo del asiento, siendo menor el de la GP800 por la ubicación del cilindro trasero. La italiana no ofrece posibilidad de ABS. Las dos cuentan con freno de estacionamiento, toda la información que necesitas en su completa instrumentación y zona de apoyo lumbar para el conductor. Además, el T-Max cuenta con dos guanteras en el contraescudo.
El scooter deportivo ideal pasaría por montar el motor de la GP800 en el T-Max, añadirle más litros de depósito y ampliar la capacidad de carga. Quizá, un T-Max de 750 cc también resolvería mucho... Yo no pagaré tanto por un scooter por muy bueno que sea, sobre todo, teniendo en cuenta las motazos del mismo precio que pueblan nuestro mercado, pero...
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