“El TT es la gran prueba. Para mí, vale como todo un campeonato; es la reválida para los ases” (Santiago Herrero, 3º en el TT de 1969)
“Herrero the hero”, “The Spanish Flyer”… El madrileño Santiago Herrero murió tal día como hoy hace 40 años a las 14:00 en el hospital Nobles de Douglas habiendo ingresado el lunes de extrema gravedad. La fatalidad quiso que, en la bajada de Kirkmichael en la milla 13 del Mountain Course de la Isla de Man, el piloto español más audaz, luchador y valiente de la historia perdiera la vida en una caída. Ossa se retiró de la competición. Desde entonces, posee una placa conmemorativa en el Memory Wall del Tourist Trophy. Ningún español volvió a ganar en 250 cc hasta que el binomio Sito Pons-JJ Kobas lo hiciera en el Jarama en 1984... 14 años después.
Bicampeón de España de 250 cc (1967 y 1968), 3º en el mundial de 1969, dos segundos en GP 50 cc y 4 victorias en el mundial de 250 cc pueden parecer poca cosa. Pero de no haber sido por la caída en el TT, seguramente en 1970 hubiera sido campeón del mundo. Santi llegaba líder al TT (4ª carrera de la temporada) tras la retirada de Alemania (Nürburgring), el segundo en Francia (Le Mans) y la victoria en Yugoslavia (Opatija).
En la tercera vuelta, Santi tuvo un premonitorio aviso en forma de caída leve en Braddam Bridge (milla 1). Con la cúpula rota empezó a remontar, pero en la última vuelta a la altura de la milla 13, su Ossa monocasco derrapó en una rápida de izquierdas. Stanley Wood (no confundir con el gran Stanley Woods) intentó evitarle pero fue imposible. Herrero salió despedido contra un seto y cayó inconsciente en el suelo. En ese momento, Santi rodaba en tercera posición...
Santiago Herrero representa como nadie al piloto de la vieja escuela, a ese luchador infatigable al que no le han regalado nada y que se ha hecho a sí mismo desde cero. Con su fichaje como piloto oficial Ossa en noviembre de 1966, formó un binomio demoledor y nos regaló cuatro temporadas de motociclismo español GLORIOSO.
Su hermano Arturo le acompañó en sus inicios en el Nacional: "Éramos prácticamente como feriantes. Metíamos la moto en el vagón de un tren de mercancías, junto a patatas y gallinas, e íbamos de un lado para otro". Y cuando Santiago comenzó a correr en el Mundial: "Mi hermano y su mecánico echaban la moto a la furgoneta y se iban por toda Europa. Todo se lo ganaron a pulso".
En 1968 Santi corrió su primer TT. Su ilusión por la carrera más prestigiosa del mundo era tal que un mes antes de la cita viajó en solitario hasta La Isla, donde el importador de Ossa había dispuesto una 230 de calle para que pudiera rodar y aprenderse los 60 km de circuito. Tras un par de días dando vueltas como loco, se enteró que ¡había estado girando en sentido contrario! Tras tres semanas rodando en La Isla afirmó: “¡Yo ganaré aquí!”.
Empezó como machaca con 12 años en un tallercito de Vallecas, para luego recalar en el de Gabriel Corsín (piloto oficial MV Agusta). Luis Torres Corsín (sobrino de Gabriel) le recuerda bien: “Enseguida mostró sus buenas cualidades de pilotaje. Era rápido y valiente, se metía en las curvas con más decisión que nadie. En aquellos tiempos era habitual ir a 'picarse' a Galapagar y Cruz Verde; también iba Ángel Nieto y otro que empezaban a correr. Con Santi no podía nadie”.
Después, comenzó a disputar carreras locales y circuitos urbanos (Palencia, Lugo, Cádiz, Jerez, Retiro...) con Derbi y Bultaco. En 1963 fichó por Lube, siendo subcampeón de España de 125 Junior ese mismo año.
Pero todo el mundo le recordará por su etapa con la Ossa monocasco surgida de la genialidad de “El Técnic” Eduardo Giró. Aquella montura con mecánica monocilíndrica 2T de válvula rotativa y 42 CV, chasis monocasco de magnesio, amortiguadores Girling, horquilla Ceriani y freno delantero Oldani convulsionó el mundial de velocidad de 1969 y 1970. Con esta moto, capaz de volar a 216 km/h, tuvo que enfrentarse a mecánicas bicilíndricas y tetracilíndricas italianas y japonesas, mucho más rápidas y con 20 CV más.
“Herrero the hero”, “The Spanish Flyer”… El madrileño Santiago Herrero murió tal día como hoy hace 40 años a las 14:00 en el hospital Nobles de Douglas habiendo ingresado el lunes de extrema gravedad. La fatalidad quiso que, en la bajada de Kirkmichael en la milla 13 del Mountain Course de la Isla de Man, el piloto español más audaz, luchador y valiente de la historia perdiera la vida en una caída. Ossa se retiró de la competición. Desde entonces, posee una placa conmemorativa en el Memory Wall del Tourist Trophy. Ningún español volvió a ganar en 250 cc hasta que el binomio Sito Pons-JJ Kobas lo hiciera en el Jarama en 1984... 14 años después.
Bicampeón de España de 250 cc (1967 y 1968), 3º en el mundial de 1969, dos segundos en GP 50 cc y 4 victorias en el mundial de 250 cc pueden parecer poca cosa. Pero de no haber sido por la caída en el TT, seguramente en 1970 hubiera sido campeón del mundo. Santi llegaba líder al TT (4ª carrera de la temporada) tras la retirada de Alemania (Nürburgring), el segundo en Francia (Le Mans) y la victoria en Yugoslavia (Opatija).
En la tercera vuelta, Santi tuvo un premonitorio aviso en forma de caída leve en Braddam Bridge (milla 1). Con la cúpula rota empezó a remontar, pero en la última vuelta a la altura de la milla 13, su Ossa monocasco derrapó en una rápida de izquierdas. Stanley Wood (no confundir con el gran Stanley Woods) intentó evitarle pero fue imposible. Herrero salió despedido contra un seto y cayó inconsciente en el suelo. En ese momento, Santi rodaba en tercera posición...
Santiago Herrero representa como nadie al piloto de la vieja escuela, a ese luchador infatigable al que no le han regalado nada y que se ha hecho a sí mismo desde cero. Con su fichaje como piloto oficial Ossa en noviembre de 1966, formó un binomio demoledor y nos regaló cuatro temporadas de motociclismo español GLORIOSO.
Su hermano Arturo le acompañó en sus inicios en el Nacional: "Éramos prácticamente como feriantes. Metíamos la moto en el vagón de un tren de mercancías, junto a patatas y gallinas, e íbamos de un lado para otro". Y cuando Santiago comenzó a correr en el Mundial: "Mi hermano y su mecánico echaban la moto a la furgoneta y se iban por toda Europa. Todo se lo ganaron a pulso".
En 1968 Santi corrió su primer TT. Su ilusión por la carrera más prestigiosa del mundo era tal que un mes antes de la cita viajó en solitario hasta La Isla, donde el importador de Ossa había dispuesto una 230 de calle para que pudiera rodar y aprenderse los 60 km de circuito. Tras un par de días dando vueltas como loco, se enteró que ¡había estado girando en sentido contrario! Tras tres semanas rodando en La Isla afirmó: “¡Yo ganaré aquí!”.
Empezó como machaca con 12 años en un tallercito de Vallecas, para luego recalar en el de Gabriel Corsín (piloto oficial MV Agusta). Luis Torres Corsín (sobrino de Gabriel) le recuerda bien: “Enseguida mostró sus buenas cualidades de pilotaje. Era rápido y valiente, se metía en las curvas con más decisión que nadie. En aquellos tiempos era habitual ir a 'picarse' a Galapagar y Cruz Verde; también iba Ángel Nieto y otro que empezaban a correr. Con Santi no podía nadie”.
Después, comenzó a disputar carreras locales y circuitos urbanos (Palencia, Lugo, Cádiz, Jerez, Retiro...) con Derbi y Bultaco. En 1963 fichó por Lube, siendo subcampeón de España de 125 Junior ese mismo año.
Pero todo el mundo le recordará por su etapa con la Ossa monocasco surgida de la genialidad de “El Técnic” Eduardo Giró. Aquella montura con mecánica monocilíndrica 2T de válvula rotativa y 42 CV, chasis monocasco de magnesio, amortiguadores Girling, horquilla Ceriani y freno delantero Oldani convulsionó el mundial de velocidad de 1969 y 1970. Con esta moto, capaz de volar a 216 km/h, tuvo que enfrentarse a mecánicas bicilíndricas y tetracilíndricas italianas y japonesas, mucho más rápidas y con 20 CV más.
Otro ejemplo de cómo era Santi. En el GP del Ulster de 1969, Santi se lesionó la muñeca izquierda y tuvieron que escayolarle. En la siguiente carrera (GP de Italia, Imola) el director médico tuvo que hacerle la prueba definitiva para permitirle correr: le estrechó la mano fracturada desprovista de vendajes con todas sus fuerzas. Santi aguantó y le permitieron correr. Según Esteban Oliveras, mecánico de Ossa: “Santi estuvo a punto de desmayarse... Para la arrancada le coloqué una segunda maneta de embrague en el lado derecho; de esta forma podría tomar la salida, que entonces era a empujón, y todavía le complicaba más la situación”. Santi terminó 5º.
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