“¿Qué sentido tiene la vida si no hay un sueño que perseguir?”
Soichiro Honda (1906-1991)
Tras el desastre del tsunami, el GP de Japón que tenía que haberse disputado el 24 de abril se celebrará (teóricamente) en octubre, aunque creo que los 100 km que separan el circuito de Motegi de la central nuclear de Fukushima hacen peligrar la carrera.
Situado dentro del complejo del circuito Twin Ring Motegi, el espectacular edificio del HCH se inauguró en marzo de 1998 para conmemorar los 50 años de historia de la marca del ala dorada. Sí, el museo Honda está allí.
En la primera planta se encuentran la cafetería, la tienda, la sala de lectura y un espacio para el robot ASIMO. En la segunda motos y coches de serie junto a Power Products (motores de embarcaciones, generadores, jardín, etc). La mejor es la tercera: pura competición. En total, unas 300 máquinas exquisitamente restauradas sobre moqueta gris y podiums de madera.
El año pasado rizaron el rizo desnudando algunas máquinas de carreras y superponiendo las carrocerías junto a ellas como si de un móvil se tratase. El área de calle es interesante con un tratamiento especial a la saga Dream, una curiosa colección de Monkeys, monturas peculiares como la CX500 Turbo y alardes tecnológicos como la NR750 (1992).
Con las motos de carreras se te ponen los pelos de punta, especialmente con la hilera de RC’s “platirrojas” que coparon el mundial en la década de los ’60. De todas ellas, hay que arrodillarse ante la mítica RC166 250 seis cilindros de Hailwood (1966-67) y la increíble RC149 con motor de 125 cc y 5 cilindros que ganó el mundial con Taveri en 1966 (¡85 kg y 34 CV a 20.500 rpm!).
Tampoco podía faltar el fiasco NR500 (1979), ocho NSR250 (1991-1999), un trío de NS500 tricilíndricas, seis NSR500 sobre todo las de Spencer-Gardner-Doohan y la última campeona del mundo de 500 con Valentino Rossi (2001). La Elf 500 de Ron Haslam también da un toque de originalidad. Aunque ya sabemos que todas las motos de carreras de Honda pasan por un desagradable “squashing” tras finalizar la temporada de competición, una RC211V Repsol ‘04 se deja ver como parte de la colección del museo.
La resistencia también tiene su hueco con la RCB1000 que arrasó durante un lustro a finales de los ’70, un trío de RSR y varias RVF RC30/45 ex-8 Horas de Suzuka.
Si te gusta el off-road, hay una decena de crosseras rojas 250/500, una curiosa EXP-2 tiempos de raids (1995), un par de ochenteras NS750 de dirt-track y la NXR750 ganadora del Dakar (1989).
Curiosamente, también hay hueco para modelos del enemigo, como una Kawasaki H1R, un par de Aermacchis Harley de los ’60 o la Suzuki de Barry Sheene ¿?
Con la vista panorámica virtual te harás una idea...
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