Siguiendo con el Top 10 de las mejores películas de motos, y tras “Burt Munro: un sueño una leyenda”, hoy le toca el turno a Mad Max (Salvajes de la autopista, George Miller, 1979), una de mis favoritas. Y es que ahora se conmemora el 30 ANIVERSARIO de su estreno. La segunda parte (El Guerrero de la Carretera, 1981) todavía se salva, con la estética total zombie del Interceptor 2, la Kawa Z1 de Zed, la Yamaha XS 1100 E con sidecar o los salvajes buggies con óxido nitroso de la pandilla de Lord Humungus (por otro lado, guerrero del desierto y Ayatolá del rock ‘n roll). Pero la tercera parte (Más allá de la Cúpula del Trueno, 1985) me parece una mierda: el protagonismo de Tina Turner, la ausencia de motos y coches de calidad, el rollete desértico...
Con un coste de sólo 400.000 $ y unos ingresos de 100 millones, Mad Max ha sido la película con mejor ratio inversión-recaudación hasta El Proyecto de la Bruja de Blair (1999). De hecho, permaneció en el Libro Guinness durante 20 años. Rodada en Melbourne (Australia) bajo un ambiente post-apocalíptico, esta road movie fue un éxito y tiene todos los ingredientes necesarios para hacer las delicias de los amantes del motor. Sus persecuciones por las vacías carreteras, los primeros planos cortados, las máquinas, los personajes, el realismo, el sonido a mecánica de la buena, el vestuario... se han ganado el respeto de multitud de seguidores. Además, es la cinta de debut para uno de los consagrados de Hollywood, Mel Gibson, que por aquel entonces tenía 23 añitos (cobró 15.000 $ por el papel).
Pero hablemos de motos...
A lo largo de la película aparece un nutrido grupo de Kawas (KZ y Z900 cedidas por la marca) y Hondas (CB 750/900) por parte de la malísima banda motera nómada, una “pequeña” KH250 (14’50”-15’10”) e incluso un custom trike Honda (25’40”-26’25”). Este curioso trike con “sidecar de burbuja” fue construido por Lance Seadon (Cycle Gear, Collingwood) mientras que los tribales dorados que decoran su carrocería están realizados en papel de oro de 24 quilates por John Leach; ambos pertenecían al Club australiano The Barbarians.
De todas formas, la moto referente de la película es la Kawasaki KZ 1000 del ‘77 de Jimmy “El Ganso”, una variante especial para persecuciones basada en las motos de policía que usaban algunos países por aquella época.
La KZ platiazulada hace su aparición en la persecución por la Highway 9-sector 26 del comienzo; una de las mejores INTRO de la historia del cine de motor (los primeros 11 minutitos de película son de lujo). La Kwaka (el depósito muestra el nuevo nombre, fruto de fusionar la marca de la moto con la K del modelo) se cubre de gloria en otra secuencia de culto (38’45”-41’00”), cuando Ganso sale del Motel sexual Sugartown Cabaret: primera hora de la mañana, gafas ajustadas, golpe a la pata de cabra, punto muerto, petardeo de los megáfonos, burnout en Claremont Street, tomas onboard, magistral secuencia de planos en la carretera y accidente final. A falta de minicámaras, un tal David Eggby subió de paquete a la Kwaka y se ató a la parte trasera para grabar ‘desde dentro’ las imágenes con una cámara de 35 mm a 200 km/h. ¡Simplemente genial!
Carrocería construida en exclusiva por la empresa australiana La Parisienne (que desgraciadamente cerró pocos años después de estrenarse la peli), 93 CV a 8.000 rpm, 240 kg en seco, tubarros cromados 4 en 2, colín monoplaza MFP (Main Force Patrol), retrovisores bajos en el carenado, estriberas retrasadas, emisora sobre los relojes, luces azules frontales, altavoz en el lateral izquierdo, llantas de magnesio de 5 palos y 18 pulgadas, 230 km/h de máxima...
Con un coste de sólo 400.000 $ y unos ingresos de 100 millones, Mad Max ha sido la película con mejor ratio inversión-recaudación hasta El Proyecto de la Bruja de Blair (1999). De hecho, permaneció en el Libro Guinness durante 20 años. Rodada en Melbourne (Australia) bajo un ambiente post-apocalíptico, esta road movie fue un éxito y tiene todos los ingredientes necesarios para hacer las delicias de los amantes del motor. Sus persecuciones por las vacías carreteras, los primeros planos cortados, las máquinas, los personajes, el realismo, el sonido a mecánica de la buena, el vestuario... se han ganado el respeto de multitud de seguidores. Además, es la cinta de debut para uno de los consagrados de Hollywood, Mel Gibson, que por aquel entonces tenía 23 añitos (cobró 15.000 $ por el papel).
Pero hablemos de motos...
A lo largo de la película aparece un nutrido grupo de Kawas (KZ y Z900 cedidas por la marca) y Hondas (CB 750/900) por parte de la malísima banda motera nómada, una “pequeña” KH250 (14’50”-15’10”) e incluso un custom trike Honda (25’40”-26’25”). Este curioso trike con “sidecar de burbuja” fue construido por Lance Seadon (Cycle Gear, Collingwood) mientras que los tribales dorados que decoran su carrocería están realizados en papel de oro de 24 quilates por John Leach; ambos pertenecían al Club australiano The Barbarians.
De todas formas, la moto referente de la película es la Kawasaki KZ 1000 del ‘77 de Jimmy “El Ganso”, una variante especial para persecuciones basada en las motos de policía que usaban algunos países por aquella época.
La KZ platiazulada hace su aparición en la persecución por la Highway 9-sector 26 del comienzo; una de las mejores INTRO de la historia del cine de motor (los primeros 11 minutitos de película son de lujo). La Kwaka (el depósito muestra el nuevo nombre, fruto de fusionar la marca de la moto con la K del modelo) se cubre de gloria en otra secuencia de culto (38’45”-41’00”), cuando Ganso sale del Motel sexual Sugartown Cabaret: primera hora de la mañana, gafas ajustadas, golpe a la pata de cabra, punto muerto, petardeo de los megáfonos, burnout en Claremont Street, tomas onboard, magistral secuencia de planos en la carretera y accidente final. A falta de minicámaras, un tal David Eggby subió de paquete a la Kwaka y se ató a la parte trasera para grabar ‘desde dentro’ las imágenes con una cámara de 35 mm a 200 km/h. ¡Simplemente genial!
Carrocería construida en exclusiva por la empresa australiana La Parisienne (que desgraciadamente cerró pocos años después de estrenarse la peli), 93 CV a 8.000 rpm, 240 kg en seco, tubarros cromados 4 en 2, colín monoplaza MFP (Main Force Patrol), retrovisores bajos en el carenado, estriberas retrasadas, emisora sobre los relojes, luces azules frontales, altavoz en el lateral izquierdo, llantas de magnesio de 5 palos y 18 pulgadas, 230 km/h de máxima...
Las escenas de riesgo fueron rodadas por especialistas, mientras que los miembros de algunos Moto Clubs de Melbourne (The Vigilants, Victorian Four o The Barbarians) aportaron todo lo demás. Vamos, que actuaron como verdaderos profesionales y, además de rodar, se encargaron de los donuts, los caballitos y las caídas suaves.
2 comentarios:
Que fuerte tio, como te has currado la informacion, a mi tambien me encanta la saga, las dos primeras claro, el dia que me haga con un v8 ..... jeje.
Saludos
COMO ME GUSTA MAD MAX Y LA MOTO DE GANZO ES INCREIBLE TANTO QE ME PONGO EN CAMPAÑA DE HACER UNA MOTITO PARECIDA Y LA PARTE DE LA FILMACION QE CONTAS CREO QE ES UNA DE LAS MEJORES PARTES PERO LA OTRA MOTITO QE ME PARECE EN ESTETICA MUY LIND AES LA KAWA QE TIENE SCAG .
ABRZO Y MUY BUENA LA PAG.
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