En los ’90 se acuñó un nuevo término para definir esas motos trail con ruedas de otros modelos de carretera que algunos aficionados se construían artesanalmente: “Fun Bikes”. En la última década, los propios fabricantes se han encargado de hacerlas y nuestras dos protagonistas son el máximo exponente de esta deportividad hecha polivalencia.
El concepto de “varias motos en una” lo inventó Yamaha y su TDM 850 en 1992. Aquella primera trail asfáltica sentó las bases de todos los modelos posteriores: buen comportamiento tanto en carretera como en ciudad y también a la hora de viajar. Esta máxima sirve, 20 años después, para esta comparativa europea.
Ducati revolucionó el segmento de las trail asfálticas el año pasado con el lanzamiento de la segunda generación de su Multistrada, un modelo que vio la luz en 2003. Hasta entonces, KTM era la opción más aconsejable ya que el resto de modelos de la competencia pecaban de poco desarrollo y fiabilidad. Otros fabricantes, en cambio, han optado por probar un peldaño más abajo, como la Honda Crossrunner o la Triumph Tiger 800. Además, la austriaca se ha adecuado a los nuevos tiempos con un sistema ABS de serie en 2011 que funciona a la perfección. Por tanto, es lógico juntar a las dos mejores guerreras de litro y medirlas por el mismo rasero.
Mucha gente se empeña en mezclar “churras con merinas” y añadir modelos como la BMW R 1200 GS o la Yamaha XT1200Z Super Ténéré cuando poco tiene que ver con estas dos motos. Por postura y geometrías, la Ducati admite un uso “light” por pistas de tierra planas gracias a su opción de suspensión “Enduro”, pero no conozco ningún usuario que se haya adentrado en África con ella o haya perdido media hora en sacarla de un lodazal. Que por las venas de la SMT fluya sangre off-road tampoco quiere decir que sea una enduro grande, porque para eso ya existe la 990 Adventure. Comparándolo con el mundo de las cuatro ruedas, no es lo mismo todo-camino que todo-terreno, ¿verdad? (+)
El concepto de “varias motos en una” lo inventó Yamaha y su TDM 850 en 1992. Aquella primera trail asfáltica sentó las bases de todos los modelos posteriores: buen comportamiento tanto en carretera como en ciudad y también a la hora de viajar. Esta máxima sirve, 20 años después, para esta comparativa europea.
Ducati revolucionó el segmento de las trail asfálticas el año pasado con el lanzamiento de la segunda generación de su Multistrada, un modelo que vio la luz en 2003. Hasta entonces, KTM era la opción más aconsejable ya que el resto de modelos de la competencia pecaban de poco desarrollo y fiabilidad. Otros fabricantes, en cambio, han optado por probar un peldaño más abajo, como la Honda Crossrunner o la Triumph Tiger 800. Además, la austriaca se ha adecuado a los nuevos tiempos con un sistema ABS de serie en 2011 que funciona a la perfección. Por tanto, es lógico juntar a las dos mejores guerreras de litro y medirlas por el mismo rasero.
Mucha gente se empeña en mezclar “churras con merinas” y añadir modelos como la BMW R 1200 GS o la Yamaha XT1200Z Super Ténéré cuando poco tiene que ver con estas dos motos. Por postura y geometrías, la Ducati admite un uso “light” por pistas de tierra planas gracias a su opción de suspensión “Enduro”, pero no conozco ningún usuario que se haya adentrado en África con ella o haya perdido media hora en sacarla de un lodazal. Que por las venas de la SMT fluya sangre off-road tampoco quiere decir que sea una enduro grande, porque para eso ya existe la 990 Adventure. Comparándolo con el mundo de las cuatro ruedas, no es lo mismo todo-camino que todo-terreno, ¿verdad? (+)
No hay comentarios:
Publicar un comentario