Dentro del catálogo del fabricante alemán encontramos una pequeña perla (y no sólo por su color blanco) de 21.600 € que brilla con luz propia. Se tarta de la BMW HP2 Sport, una variante más deportiva de su R1200 S. Las siglas HP2 (High Performance 2 cilindros) nos ponen en guardia, pues con ellas se apellidan los modelos más racing de la marca, que ya son tres (primero salió la HP2 Enduro/motard y después la HP2 Megamoto). Este modelo representa la moto bóxer más deportiva, ligera y potente que se ha fabricado en serie hasta ahora.
La Sport es una moto muy especial que se adquiere bajo pedido y que tarda en llegar. Intenta ser una SBK, pero todavía le falta un poco de ‘mala leche’ para batirse de tú a tú en un circuito contra las tetracilíndricas japonesas. El par motor es delicioso y las recuperaciones del 1200 son mejores que las de una 1098, pero habiendo llegado a 245 km/h en carretera y según el desarrollo, no creo que supere los 270 km/h reales, cortando a unas 9.500 rpm. Vamos, un poco más que una R6... Es lo que tiene montar un motor de avión de la II Guerra Mundial... jjjj. Además, las vibraciones se hacen notar más de lo necesario (en los retrovisores se nota demasiado cuando vas rápido) y el balanceo de la moto al acelerar en ralentí no ha cambiado: ojo a las inercias, son marca de la casa.
Los cilindros son un poco más “estrechos” de lo normal y están colocados bastante altos, por lo que rozar con la culata de carbono en el suelo es difícil a no ser que estés en la pista, claro.
Su postura es fantástica, nada extrema dentro del segmento en el que se encuentra, con los semimanillares elevados y anclados a una tija muy alta, y con un asiento que tiene una distancia al suelo excesiva (830 mm) para aquellos que midan menos de 1,70. Con esta moto puedes circular por ciudad, carretera, autovía o circuito con la misma comodidad. Es una moto fácil de conducir y cuante con una protección aerodinámica bastante aceptable.
Como en toda BMW que se precie, acostumbrarte al Telelever lleva algo de tiempo, pero luego, frenar hasta el interior de la curva sin que se hunda es toda una experiencia. Aún así, no termino de confraternizar con él y prefiero la invertida de siempre (en las GS o las RT/LT, en cambio, sí me parece una estupenda idea). Quizá también influye su larga distancia entre ejes (1.485 mm), pero la nobleza siempre es una característica de las moto alemanas.
El ABS opcional está disponible para el cliente ‘seguro’, mientras que el silencioso Akrapovic va destinado a aquellos más ‘pro’. El diseño de la pata de cabra podía haberse cuidado un poco en una moto de este calibre.
La Sport es una moto muy especial que se adquiere bajo pedido y que tarda en llegar. Intenta ser una SBK, pero todavía le falta un poco de ‘mala leche’ para batirse de tú a tú en un circuito contra las tetracilíndricas japonesas. El par motor es delicioso y las recuperaciones del 1200 son mejores que las de una 1098, pero habiendo llegado a 245 km/h en carretera y según el desarrollo, no creo que supere los 270 km/h reales, cortando a unas 9.500 rpm. Vamos, un poco más que una R6... Es lo que tiene montar un motor de avión de la II Guerra Mundial... jjjj. Además, las vibraciones se hacen notar más de lo necesario (en los retrovisores se nota demasiado cuando vas rápido) y el balanceo de la moto al acelerar en ralentí no ha cambiado: ojo a las inercias, son marca de la casa.
Los cilindros son un poco más “estrechos” de lo normal y están colocados bastante altos, por lo que rozar con la culata de carbono en el suelo es difícil a no ser que estés en la pista, claro.
Su postura es fantástica, nada extrema dentro del segmento en el que se encuentra, con los semimanillares elevados y anclados a una tija muy alta, y con un asiento que tiene una distancia al suelo excesiva (830 mm) para aquellos que midan menos de 1,70. Con esta moto puedes circular por ciudad, carretera, autovía o circuito con la misma comodidad. Es una moto fácil de conducir y cuante con una protección aerodinámica bastante aceptable.
Como en toda BMW que se precie, acostumbrarte al Telelever lleva algo de tiempo, pero luego, frenar hasta el interior de la curva sin que se hunda es toda una experiencia. Aún así, no termino de confraternizar con él y prefiero la invertida de siempre (en las GS o las RT/LT, en cambio, sí me parece una estupenda idea). Quizá también influye su larga distancia entre ejes (1.485 mm), pero la nobleza siempre es una característica de las moto alemanas.
El ABS opcional está disponible para el cliente ‘seguro’, mientras que el silencioso Akrapovic va destinado a aquellos más ‘pro’. El diseño de la pata de cabra podía haberse cuidado un poco en una moto de este calibre.
Del 1 al 10... un 8. Con la HP2 Sport ¿quién dijo crisis? (continúa >)
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